jueves, 2 de septiembre de 2010

Contexto Ambiental Explotación Minera Zaragoza-Buenaventura


“ORO” EXPLORACION AMBIENTAL DESTRUCTIVA O RIQUEZA INDIVIDUAL SOCIO-ECONOMICA

La década de los noventa fue de fundamental importancia para el Territorio Región del Pacífico y para los derechos de las comunidades negras. Esta década fue marcada por dos hitos de especial trascendencia: el primero tiene que ver con el reconocimiento de la diversidad cultural en la Constitución de 1991 y la expedición de la Ley 70 de 1993 en ese marco; y en segundo lugar el surgimiento de una consciencia generalizada del valor de la región Pacífica en términos de diversidad biológica y cultural, tanto para el país como para el planeta.

Son destacables también las políticas de conservación de la biodiversidad y de desarrollo sostenible implementadas por el gobierno, y la participación crucial de las organizaciones étnico-territoriales de la región en la formulación e implementación de estas políticas.

Tristemente, la situación ha sido muy distinta, durante la última década, se ha visto un marcado incremento del ritmo de destrucción del bosque húmedo tropical y de las cuencas hidrográficas, con explotaciones mineras como la que se vive actualmente en la población asentada en Zaragoza (Río Dagua), hoy llamada “ciudad del oro”, a escasos 20 minutos de Buenaventura, este crecimiento poblacional resulta imparable por la explotación aurífera, con daños irreversibles al medio ambiente y ecosistemas aguas abajo y altamente perjudicial para las comunidades negras y comunidades indígenas del Medio y Bajo Dagua.

Allí trabajan cerca de 300 retroexcavadoras día y noche, volteando el lecho y cambiando el curso del río, en busca de conseguir recursos para mitigar los gastos de subsistencia más de 8.000 personas desarrollan a diario actividades de explotación minera en este territorio, que se ha convertido, después del puerto, en la segunda fuente de empleo de la ciudad, lo que deja ver que un número bastante considerable de personas depende económicamente de la mina.
A continuación se hace un análisis de los impactos ambientales sociales y económicos generados por esta actividad

Impacto ambiental:

La zona de Zaragoza era conocida como una alberque natural de especies arbóreas y animales propios de la región con una playa rocosa despoblada, ahora se asemeja a un área de combate con enormes cráteres y decenas de brazos mecánicos que remueven la tierra. La mutación ha sido de tal magnitud que ya no se distingue el cauce natural del río, ni el verde característico de sus plantas. A su alrededor predominan campamentos cubiertos de plástico y cartón que cubren desde tiendas y restaurantes hasta almacenes y bares.

El panorama ambiental es muy desalentador, el deterioro del río Dagua es evidente, como consecuencia de la exploración se ha desviado el cauce y se contaminó considerablemente, afectando incluso las cuencas de sus afluentes que se encuentran en una reserva natural.




Según la norma se permite licencias de explotación a través del barequeo con excavaciones de hasta un metro. En la zona se tienen cavernas de ocho metros lo que genera una desestabilización del terreno de tal manera que se genera un impacto negativo ambiental porque se afecta el suelo erosionándolo y acarreando el río comprometiendo, además, la estabilidad del cauce natural del río con riesgo inminente para la vida de los habitantes aledaños, quienes pueden ser afectados por crecientes o avalanchas.


Esos residuos depositados en el Río van directamente a la bahía de Buenaventura, de tal manera que se incrementa la sedimentación en la bahía y se amenaza la actividad portuaria, es por ello que los Agentes Navieros hicieron una alerta reclamando un dragado urgente de los sitios de atraque de los barcos en el muelle, puesto que las profundidades que se deben de manejar son de 10 a 11 metros y por esta explotación han descendido hasta 8 metros, lo que ha obligado a las naves a mermar su carga generando perdidas económicas pero con el fin de no correr el riesgo de tocar fondo y generar mayores perdidas y retrasos en la entrega de la mercancía causando un grave impacto a la competitividad del terminal marítimo de Buenaventura.


Situación que implica hacer un dragado en los atraques y zonas de maniobras antes de lo presupuestado, lo que estaba previsto para hacerlo dentro de dos años se debe de hacer en menos de seis meses.

De otro lado la Capitanía de Puertos argumenta temores de que en esa alta sedimentación hay signos de contaminación por metales pesados como el Mercurio metal que se utiliza para la explotación en las minas de oro.

Impacto Social y Cultural:

Lo que hasta hace un par de años era un invisible y tranquilo asentamiento de comunidades negras rodeada de caseríos, pasó a ser una pequeña ciudad donde se encuentran restaurantes, comercio, bares, prostitución y lastimosamente un foco latente de violencia, asediado de cientos de foraneos y traficantes que imponen su mando mediante amenazas y que solo dejan a la comunidad local el cascajo y la miseria acabando con sus cultivos y viviendas. Los mineros artesanales de la comunidad que hacian sus actividades han sido desplazados y solo tienen un espacio cuando las maquinas paran la extracción.

Más de 15 asesinatos en un año lo demuestran, la lucha territorial y por el oro generó una cultura de violencia en el sector, los muertos, los heridos, la prostitución, el alcoholismo, el encarecimiento de la vida y la llegada de nuevas y “legalizadas” empresas provocan incertidumbre y temor en la región donde la capacidad de extracción del mineral está por encima del derecho fundamental primario.



Esta explotación que se desarrolla en un tramo aproximado de 20 kilómetros, al igual que por la presencia de unas 8.000 personas concentradas en un sector que no cuenta con infraestructura ni manejo sanitario adecuado, ni manejo de residuos sólidos, presentando un potencial riesgo para la salud, la existencia de aguas estancadas producto de las excavaciones para la extracción se convierten en el caldo de cultivo en esta zona, es por ello que se ha declarado el estado de alerta tras conocer que en la zona de minería de Zaragoza se han registrado 126 casos de malaria



Decenas de derrumbes en las áreas de excavación produjeron la muerte de al menos cinco mineros artesanales y otros 20 salieron heridos. El problema se hizo mayor cuando se derrumbaron los socavones o ‘cubicos’, como les llaman los mineros a aquellos centenares de túneles verticales que en muchas ocasiones alcanzan los 15 metros de profundidad.

Lo que pudo ser una oportunidad de vida para los pobladores de Zaragoza pronto se transformó en muerte. Sólo semanas después de la llegada masiva de barequeros (mineros artesanales), el río comenzó a cobrar la presencia desordenada de sus visitantes, que se peleaban espacios entre las paredes de lodo y las palas mecánicas.
Impacto Económico:
Tener una retroexcavadora en Zaragoza, hoy da más rentabilidad que el famosísimo DMG, lo que explica que cientos de foráneos hayan decidido venirse a Buenaventura e introducir maquinaria para la explotación minera.

Lo indignante de la situación es que los nativos reciben insignificantes recompensas por su trabajo, ante las grandes sumas que recaudan los propietarios de estas máquinas y más de 70 compradores foráneos de oro provenientes de Departamentos como el Cauca, Antioquia y Cundinamarca entre otros.

Según cifras de la Asociación de Mineros y Ambientales Unidos por Colombia (Asomaucol), en las minas de Zaragoza a Julio de 2010 viven 2.812 mineros de los 8.000 que contaron hace unos meses. Además, hay 220 dragas y 276 retroexcavadoras cuyos dueños ya han extraído 200 toneladas de oro que han producido regalías cercanas a los 2.000 millones de pesos. Una draga puede sacar en un día una libra de oro que se vende a unos 50.000 pesos por gramo y aporta 1.812 pesos de impuesto.



Esa actividad ilegal, por otro lado, está comprometiendo de manera grave el desarrollo de grandes proyectos de la región como son la estabilidad de la vía actual, la construcción de la segunda calzada en el tramo Loboguerrero- Buenaventura, la Red Férrea y el canal de acceso al puerto de Buenaventura por la alta sedimentación que se viene presentado, además de la pérdida de la vocación agrícola de los pobladores de Buenaventura, quienes han abandonado sus cultivos por desplazarse hasta la zona en busca del preciado metal.

Conclusiones

A pesar de los esfuerzos de algunos organismos del orden nacional, la extracción ilegal no ha sido erradicada, las autoridades encargadas han entregado títulos para la exploración y explotación de materiales de construcción sobre esta área de protección étnica y de reserva forestal, sin que se haya otorgado título minero legalmente para la explotación de metales preciosos, específicamente para oro y sus concentrados, por lo que la actividad minera de oro allí desarrollada se cataloga como de minería ilegal demostrando que ésta situación ha sido tolerada y hasta permitida por las autoridades públicas locales, regionales y nacionales y la problemática lejos de superarse se incrementa más y más.
La dimensión de la crisis originada por la desatención de las autoridades de policía en el Corregimiento de Zaragoza, es ya un asunto de Estado que requiere la adopción de decisiones del orden nacional, regional y local porque este aspecto se relaciona con el uso y manejo adecuado de los recursos naturales, los cuales deben ser aprovechados con un criterio de racionalidad, propendiendo en todo caso por su preservación y conservación, con el fin de mantener el potencial natural del territorio municipal y el bienestar de sus habitantes.
Pero hoy vemos que este uso irracional de la naturaleza ha creado una economía ficticia, que beneficia a unos pocos pero que degrada las condiciones de vida mínimas de muchos, sin calcular el precio que las actuales y futuras generaciones deben de pagar por los impactos generados y las consecuencias que ello traerá.
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